“Lo que comenzó como una broma sobre bitcoins se transformó en un legado familiar lleno de humor y cariño.”
Cómo surgió la cápsula del tiempo
La idea de crear una cápsula del tiempo familiar surgió de manera divertida y espontánea. Durante semanas, los hijos de Jacobo lo molestaban constantemente bromeando sobre querer que les regalara un bitcoin. Entre comentarios irónicos y risas, la conversación familiar tomó un giro creativo: “Si hablamos de bitcoins y de guardar cosas importantes, ¿por qué no guardar recuerdos también?”, dijeron entre bromas. Así nació la propuesta de construir un espacio físico donde cada miembro pudiera dejar objetos de valor sentimental, creando un legado que trascendería generaciones.
Con la ayuda de un albañil, se levantó un muro en un pequeño cuarto de la casa, destinado a resguardar los recuerdos de todos. Días antes del evento, cada miembro recibió una caja para seleccionar cuidadosamente los objetos que quería preservar.
El festejo
El cumpleaños número 60 de Jacobo Husny Hanono reunió a su familia en una celebración que combinó alegría, emoción y momentos inolvidables. La chef profesional Sofía Birch preparó un menú cuidadosamente diseñado, que combinaba sabores tradicionales con toques modernos, haciendo de la comida una experiencia que despertó recuerdos y sonrisas. La decoración y la disposición de la mesa reflejaban la calidez y el cuidado que caracterizaron toda la jornada.
Entre risas, abrazos y anécdotas, cada detalle se convirtió en un gesto de afecto y complicidad, reforzando los lazos familiares y creando un ambiente donde la emoción y la diversión convivieron armoniosamente.
Los recuerdos
El día del cumpleaños, la cápsula se llenó de recuerdos significativos: su nieto de seis meses depositó sus primeros chupones, Jacobo incluyó un walkman y cartas dirigidas a su “yo del futuro”, y la familia guardó una billetera electrónica con bitcoins y otras criptomonedas, acompañada de las palabras de seguridad necesarias para acceder a ella. Cada objeto reflejaba la mezcla de nostalgia, humor y cariño que caracteriza a esta familia, transformando lo cotidiano en un legado tangible para el futuro.
Los regalos y las bromas
Los regalos del día estuvieron llenos de humor y ternura. Sus hijos le obsequiaron una tarjeta simbólica que le “permite entrar a cualquier junta global”, haciendo alusión a las bromas recurrentes sobre las reuniones de trabajo a las que Jacobo suele “no ser invitado”. Por su parte, los nietos regalaron pinturas, evocando con gracia las ocasiones en que Jacobo les pregunta entre risas: “¿Estoy pintado o por qué no me saludaron?”.
Cada regalo fue un reflejo de la cercanía familiar, donde el humor se entrelaza con la ternura, haciendo de cada detalle un recuerdo imborrable.
El legado
Se establecieron dos condiciones para abrir la cápsula del tiempo: la primera, esperar hasta que Jacobo cumpla 80 años; la segunda, en caso de que el destino decida llevarlo antes, que sea la familia quien la abra. Así, los recuerdos y mensajes que reposan allí estarán protegidos y podrán ser disfrutados por quienes valoran la historia y los momentos que construyen la vida en familia.
Lo que comenzó como una broma sobre bitcoins se transformó en un gesto tangible de unión familiar, en un homenaje a la memoria y la complicidad, y en un proyecto que proyecta la historia de Jacobo y su familia hacia el futuro. Porque, al final, los verdaderos tesoros no siempre son tangibles: están en los vínculos y en los recuerdos que compartimos.